Cuando uno es un niño, vive en un mundo donde todo parece posible, donde los padres son súper héroes, y las aventuras de cuentos parecen ser reales, pero al pasar los años uno comienza a ver las cosas de otra forma, para bien o para mal, ya no confiamos ciegamente en lo que otros nos dicen o enseñan, dudamos, racionalizamos las cosas.
 
Más aún en el materialista mundo actual, donde pareciera que lo único existente es lo visible, comprobable o palpable, aquí es donde justamente la figura del personaje central de nuestro curso cobrará un sentido extraordinario, El Profeta.
 
¿Qué nos diría hoy? ¿A quién dirigiría sus palabras? ¿Cómo sería recibido por la gente? ¿Cuál es su rol? Estas y otras preguntas son las que quiero que podamos responder juntos, en un viaje al que los invito, un recorrido al mundo en el cual habitó, y ver al profeta con los ojos de aquellos que escucharon su mensaje, ver como nosotros hoy, miles de años después recogemos ese mensaje no como algo viejo, olvidado y pasado de moda, sino todo lo contrario, lo revalorizaremos, y veremos lo vital que puede llegar a ser.