Pentecostés
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Después de que Jesús había resucitado, apareció en varias oportunidades a sus discípulos y Apóstoles hasta que finalmente ascendió a los cielos para estar junto a Su Padre. Diez días después de que los dejó, era el día de Pentecostés, un festivo de la cosecha en Palestina. En ese día, los Apóstoles estaban reunidos todos juntos. De repente, toda la casa se llenó con el sonido de un fuerte viento, y lenguas de fuego aparecieron en la sala. Separándose, se pusieron sobre la cabeza de cada uno.
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Inmediatamente todos fueron llenados del Espíritu Santo y comenzaron a hablar entre ellos en distintos lenguas, y cada uno entendía al otro. En Jerusalén en ese tiempo hubo muchas personas religiosas de diferentes países que rápidamente se reunieron en la casa. Para su sorpresa, cada uno escuchó hablar su propio idioma.
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Algunos se rieron, como si fuera una broma. “Están borrachos,” Entonces Pedro les habló a la gente acerca de Jesús y Su Crucifixión. Al escucharle, se emocionaron mucho. Durante ese día más de 3000 personas se presentaron ante los Apóstoles para ser bautizadas. Este fue el comienzo de la Iglesia. A veces se refiere a Pentecostés como el cumpleaños de la Iglesia.